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¿SOY O NO SOY CHARLIE ?

El caricaturista francés Jean-Marc Couchet (alias Giemsi)  rechaza la "instrumentalización fascista de Pegida". El parlamento de su personaje: "Contrólate, Jürgen", forma parte de una acción de caricaturistas franceses que rechazan el movimiento anti-islámico alemán Pegida. (Foto: Jean-Marc Couchet alias Giemsi. Fuente: dpa, SpiegelOnline)

El caricaturista francés Jean-Marc Couchet (alias Giemsi) rechaza la «instrumentalización fascista de Pegida». El parlamento de su personaje: «Contrólate, Jürgen», forma parte de una acción de caricaturistas franceses que rechazan el movimiento anti-islámico alemán Pegida. (Foto: Jean-Marc Couchet alias Giemsi. Fuente: dpa, SpiegelOnline)

Mucha gente querida nos conmina por estos días en FB a ser Charlie. Si no lo somos, apoyamos el terrorismo. Así de simple. Yo, lo confieso, me he negado a ser o no ser la revista satírica Charlie Hebdo (‪#‎JeSuisCharlie‬ ‪#‎JeNeSuisPasCharlie‬), Ahmed (‪#‎JeSuisAhmed‬ el policía musulmán que murió defendiendo el derecho de Charlie a decir) o la policía sin nombre asesinada en Montrouge. Y, sí señores, SIN SER OTRA QUE YO MISMA, digo NO AL TERRORISMO. Lo desprecio y lo condeno. Y marcho y escribo junto a todos los Charlie, los Ahmed y DemásGenteConOsinNombre, para manifestarlo. Y si se puede hacer algo más que marchar y escribir, hagámoslo. Pero probablemente no todos marchemos juntos y algunos marchemos juntos pero no gritemos las mismas consignas. O gritemos las mismas consignas y querramos decir con ellas cosas muy diferentes. So what!? ¿No es de eso que se trata la pluralidad y las libertades (de expresión, asociación, etc.) que tanto defendemos?

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París is «magique»…

Resumen a retazos de dos cortas visitas a la ciudad, o el pretexto para recordar a un señor simpático en el metro

…se lo decía Humphrey Bogart a Ingrid Bergman en Casablanca, We´ll always have Paris. O Cortázar a su Maga, perdidos y encontrados en el Quartier Latin de Rayuela.

Eiffel, tras los autos que giran en la Place de la Concorde

De regreso a Bonn los envidio… También los envidiaba en Labana!

Nosotros sólo hemos sido turistas de una larga cola para subir la torre Eiffel. Unos guardias a la vista, armados, con armas largas… por si acaso un terrorista. Arriba, la vista increíble desde la mitad que se alcanza por las escaleras, sin cola. Mirada desde aquí, la ciudad parece perfecta. En sus buhardillas vivieron todos los intelectuales y artistas que alguna vez soñamos ser.

En Pompidou...

Un parisino trota por los Champs Élysées. Un mendigo duerme. Una rata atraviesa la estación del metro. Todo París conduce sin control, gira en La Concorde. La columna y la Ópera La Bastille. Tubos coloridos y artistas callejeros en Pompidou. El Sena. Un puré de papa con queso típico del sur. Los precios exorbitantes del Moulin Rouge. El Moulin de la Galette abandonado. Las cúpulas ilumninadas de Le Sacre Coeur… Y una lluvia de Sex Shops en Montmartre.

Sacre Coeur (Sagrado Corazón), de noche en Montmartre

Unas gitanas preguntan si yo «spik inglich» mientras trato de retratar el Arch de Triomphe y salto a otro arco, alineado en La Defense.

En Versailles, uno puede imaginar la ira de los descabezadores de María Antonieta, olvidarla caminando bucólicamente por su aldea artificial.

Louvre a 180°

En el Louvre, la Gioconda le sonríe de un pasillo a otro a la Venus de Milo… o a Rubens y sus cuerpos en orgía, o a los miles de turistas atónitos a pesar de la talanquera, el cristal grueso, las dimensiones de “foto-carnet”, su sonrisa casi imperceptible a distancia.

Pocos se detienen en el Louvre frente a esta "femme noire" de Benoist

Orsay cerró temprano (otra vez llegamos tarde a la cita con los expresionistas). Otro guardia flanquea la entrada a la Sorbonne (¿por si acaso un terrorista?). Unos niños juegan fútbol frente al Panteón donde reposan Victor Hugo y Emile Zolá …

París ‘is’ magique

Claro que los turistas no solemos pasearnos por la periferia. No visitamos Saint Dennis, buscamos el Institut du Monde Arabe o el café de Amelie Poulin. Sólo somos una especie de “inmigrantes bienvenidos” por pocas horas, y ni siquiera hablamos francés, pero no importa… París ‘is’ magique…

Frente al Panteón: "Aux Grands Hommes la Patrie Reconnaissante"

Me lo recuerda este señor pequeñito de cara redonda. En mi primera visita los parisinos me habían parecido arrogantes, incapaces de apreciar mi esfuerzo por pedir una baguette en francés – con un acento de diccionario que no volveré a intentar ni por escrito.

Pero este señor, parisino, se ha sentado a mi lado, bamboleante, en el metro. De traje y corbata. Bosteza: diámetro máximo. La cara roja. Como un tomate. O como una manzana, ya que estamos en París… Abre la boca al máximo y exhala: aliento etílico. Si vuelve a bostezar me prenderá fuego. Bosteza de nuevo. Le suena la nariz – brrrrrrrrrrrrrr, como un motor averiado.

Me desternillo a carcajadas…

En la estación del metro, Laumière

Sorry madame!, me dice. París ‘is’ magiqueyou are welcome! Y otra vez me desternillo! Y  le agradezco.

Where are you comming from?, nos oye hablar y se intriga. From Germany, le digo. But you are speaking spanish, me mira con asombro y gira el dedo índice en su sien (le parece que estoy un poco loca).

Say something in german, me pide (y advierte: I speak german too). Le hablo…

Freude!, grita. Debe gustarle la 9na de Beethoven, pues “Alegría” es la única palabra de ese idioma que recuerda… Sorry madame, I´m a ‘kaputt’ man… – “soy un hombre roto”, dice un poco avergonzado. Pero Paris ‘is’ magique! – y no es que lo diga él, ya lo decían Bogart y Bergmann y Cortázar y la Maga