Un descubrimiento de T. Denkler – Süddeutsche Zeitung online (31.12.2009)
SZ: “Angela Merkel (56 años) se prepara a conciencia para sus palabras de año nuevo. La Canciller Federal y Jefa de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) representa siempre un éxito de audiencia para la televisión alemana. Este año ha preparado dos versiones de su discurso: una ‘light’ y oficial, otra radicalmente sincera.” La primera llegó a los ciudadanos alemanes reproducida por la televisión y el resto de los medios nacionales (su traducción está disponible en la DW-World/Spanisch). La segunda, en la que Merkel presenta la realidad política nacional sin afeites, fue publicada en exclusiva el pasado 31 de diciembre por el Süddeutsche Zeitung online . A continuación les ofrecemos una traducción:
«Queridas conciudadanas y queridos conciudadanos,
el cambio de año es el momento de dedicar algunos pensamientos al futuro. Las preguntas que a ustedes, que a mí, que a nosotros nos preocupan son a menudo las mismas. ¿Cómo avanzará la paz en el mundo? ¿Cómo avanzará este país? ¿Cómo avanzará este Gobierno?
Es por supuesto el momento, como ocurre generalmente cada año, de asumir nuevos propósitos. Unos quieren parar de fumar, otros adelgazar. Yo me he propuesto ser sincera con ustedes. Este discurso de Año Nuevo debe ser un impulso para ello. La verdad es el bien más valioso que tenemos en Alemania, incluso antes que la tecnología medioambiental que exportamos a todo el mundo.
Seamos conscientes de la suerte que tenemos. Nosotros vivimos en paz y seguridad. Esto es algo de lo que no pueden disfrutar muchas personas, lo mismo en Paquistán que en Iraq, en Palestina o en Israel. Sí, en Afganistán somos responsables por la muerte de muchos civiles. Ello no tiene disculpa. Todo el apoyo que el Gobierno Federal pueda ofrecer para establecer la paz, lo ofrecerá. También si ello significara la retirada de todos los soldados alemanes.
Nuestros problemas en Alemania son insignificantes comparados con las preocupaciones de las víctimas de las guerras y la violencia.
Pero ello no es motivo para no discutirlos abiertamente. El 27 de septiembre, queridas conciudadanas y queridos conciudadanos, ustedes eligieron con su voto un nuevo Gobierno. Uno integrado por la Unión Cristiano Democráta (CDU), la Unión Sociocristiana (CSU), y el Partido Liberal Alemán (FDP). Si yo hubiera sabido entonces lo que esto representaría, hubiera llegado a conclusiones diferentes.
La fosa de la ama de casa Suaba
Nosotros vivimos según nuestras medidas. Esto ya lo dije cuando no era aún vuestra canciller Federal. Ahora tengo que representar, sin embargo, lo contrario de lo que realmente deseo. Ustedes conocen por supuesto la imagen del ama de casa suaba que sólo gasta lo que recibe. Y ahora estoy a punto de no evitar que el ama de casa suaba cave su fosa. Ello me preocupa.
Mi amigo Norbet Lammert tiene razón cuando impugna gran parte de nuestra Ley de Aceleración del Crecimiento. Incluso el nombre debe resultarles confuso, queridas conciudadanas y queridos conciudadanos. Ni el propio FDP espera que la ley reporte crecimiento. Muchos de ustedes obtendrán beneficios de nuestros recortes de impuestos — pienso en los dueños de hoteles y herencias. Pero también les digo: esto irá a la cuenta de las siguientes generaciones.
Les digo con absoluta sinceridad: Esto no ha sido lo mejor que hemos producido hasta ahora como coalición negro-amarilla [colores de la CDU y el FDP]. Esto no ha mostrado esa Excelencia que esperamos por ejemplo de nuestras universidades o nuestros bancos y gerentes. Como autocrítica añado: nosotros nos dejamos pasar gato por liebre por el FDP. Este contrasentido económico con reducciones de impuestos a crédito y ese regalo de reducir el IVA [impuesto sobre el valor añadido] a los hoteleros ha enfurecido con razón a los expertos.
Además: Es anticuado otorgar más dinero a las familias — en vez de invertirlo de una vez en mejor asistencia, en mejor educación. Yo les digo: esto no es lo que quería. La política de cabildeos tiene que acabarse en este país. Yo estoy preparada para la lucha y no quiero buscar más sólo el mínimo común denominador que otros presentan como éxito.
¿La constelación negro-amarilla ideal?
En el FDP y en la fracción economicista de la CDU se habla siempre con gusto de la constelación negro-amarilla ideal. Pero colocarme a mí y Guido Westerwelle como la nueva pareja política soñada es realmente sólo una fantasía política. Con Frank-Walter Steinmeier y los resueltos socialdemocrátas (SPD) muchas cosas eran más fáciles. Piensen ustedes por un momento si un ministro de relaciones exteriores alemán hubiera amenazado hace unos meses con un boicot de la Conferencia de Afganistán.
Yo he aprendido de nuestras resoluciones neoliberales de Leipzig antes de las elecciones de 2005. Aquello nos costó entonces un triunfo que parecía claro. Si hubiésemos transformado esas resoluciones, la brecha entre ricos y pobres se habría abierto más aún. Yo no quería la coalición negro-amarilla, queridas y queridos votantes, ustedes la quisieron. Ustedes se decidieron contra la armonía que nosotros [los representantes de la anterior coalición de Gobierno, A. Merkel del CDU y F.W. Steinmeier del SPD] mostramos incluso en el duelo televisivo.
Muy poco puede hacerse entonces en contra al final, incluso como Canciller Federal. Y eso vale también para las relaciones internacionales. Desde las negociaciones para el protocolo de Kioto me pronuncié — entonces todavía como ministra en el cabinete de Helmut Kohl — por una protección comprometida del medio ambiente. No podemos conformarnos ahora con los resultados de Copehnague.
Ahora la situación es diferente
Hace un año dije en este momento que la seguridad social se había vuelto más estables y las finanzas del Estado más sólidas. Ahora la situación es diferente. Nuetras finanzas estatales están desoladas, no bajamos de las deudas de billones. Y la seguridad social se halla, gracias al FDP, frente a su profundo replanteamiento hacia una mayor privatización.
Entiendo que todo esto les cause preocupación. Yo quisiera quitarles esa preocupación, pero en estos momentos no puedo. Muchos, también en mi partido, apoyan la línea del FDP. Ustedes, queridas conciudadanas y queridos conciudadanos, sobrevaloran el poder de una Canciller Federal si piensan que puedo cambiar algo.
Lo que queda es confianza. Confianza en la pujanza y las fortalezas de Alemania. Ello es importante justo ahora. Espero que también este Gobierno entre pronto en razones. La Canciller Federal está preparada para moderar ese proceso.
A ustedes les deseo que puedan mirar todos con agradecimiento al pasado año en todos los sentidos. A todos los que tuvieron que vivir el año con procupaciones y penas les deseo consuelo y fuerza para poder enfrentar el nuevo año con confianza renovada, a pesar de todo.
Les deseo a todos un año 2010 pleno, feliz, lleno de bendiciones”